sábado, 26 de enero de 2013

IFIGENIA


Ifigenia era hija de Clitemnestra y de Agamenón, su padre estaba en Áulide  y por haber matado a un ciervo sagrado de  Artemisa, ésta le prohibió los vientos favorables para que pudieran ir a Troya a recuperar a Helena.

Ifigenia.


Y para que tuviera vientos debería sacrificar en honor a Artemisa una de sus hijas, Ifigenia, para que fuera a Áulide le dijo que se casaría con Aquiles (guerrero ateo).
Cuando llegaron y se enteraron de la verdad, Ifigenia estaba decidida a morir.

El hombre de la izquierda es Agamenón que
se cubre por el dolor que siente por su hija.


Cuando su padre fue a matarla, su cadáver desapareció  y apareció un ciervo sangriento.
Ya que  Artemisa, no permitía que su altar se manchara con sangre humana, y llevó a Ifigenia a Táuride, donde se convirtió en la sacerdotisa del templo de la diosa.




Sacrificio de Ifigenia.













Ifigenia

La estrategia política y la guerra 
se rigen por el código inflexible
de almas de hierro, cuyo pie insensible
pisotea las rosas en la tierra.

Prisionero en los picos de la sierra
de una diosa arrogante e irascible, 
duerme el viento, a la flota inaccesible,
y su velamen en quietud se encierra.

Agamenón, para salvar la empresa,
no duda en inmolar a la princesa,
padre inhumano a diosa sanguinaria.

Y así van los proyectos de conquista,
ya gubernamental, ya terrorista,
combinando la sangre y la plegaria.

Winnipeg, 23 de octubre de 1999









 

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